viernes, 25 de julio de 2014

En estos días inciertos


"Definición, gente normal, estándares, evolución personal, vida…"

¿Eres más mujer por saber cuanto cuesta el melón o la sandía? ¿Tener marido e hijos? Vestir de "señora" o no vestir tipo skater a los 33, tener una vida semi-montada? ¿Casarte? ¿Empleo y "plan de vida?" Un pasado para alardear, una super carrera a nivel profesional? Empezaré diciendo: ¡NO ME GUSTA COCINAR!
Y volvemos a la definición. Este año he tenido la oportunidad de conocer a gente que podría considerarse normal o dentro de los estándares que antes se consideraban normales. Y nuestra evolución como mujeres a nivel casero.

Hogar y cocina. El otro día unas compañeras hablaban sobre el precio de la fruta… y pensé “ni puta idea” porqué la fruta la va a comprar mi padre los fines de semana, ese es el trato que tiene con mi madre. Ya desde siempre se han repartido las tareas y la cosa va así, son sus “día a día”

Claro que podría decirles “voy yo” pero no me dejan, ellos ya conocen los sitios y el personal, ya son muchos años.

Algunas veces los he acompañado pero la cosa no ha ido a más, como mucho si he tenido tiempo he hecho recados, comprar la comida en tal tienda y si, la fruta también, pero eso no es regla general.

No sé porque me sentí un poco mal, un poco cría. No, no sé a cuanto está la sandía y prefiero no saberlo porque me sentiría aún peor, quizás dejaría de comer tanto para no sentirme una carga. Lo único que sé es la parada donde la compramos y que si me dan la lista yo misma puedo ir a recogerla ¡Y no comprar la de los chinos! Hasta puedo hacer la lista yo ¡todo es ponerse!

Ese punto y el de cocinar quedan descartados, cuando llegue el día, que va a llegar, ya me las apañaré! Ahora mismo ya tengo bastante con mis movidas que no son pocas

No me gusta cocinar, NADA. Quizás también llegue el día en que me iluminase y me ponga tipo máster chef y la gente flipe con mis platos, pero por el momento va a ser que no. Recuerdo una tarde cuando, de pequeña mi difunta abuela me dijo, ayúdame a desparar la mesa y fregar los platos. Al preguntarle por mi hermano me contestó, “no, eso es cosa de mujeres, la cocina es cosa de mujeres”. Ese sentimiento quedó muy arraigado en mi y crecí con esa idea de rebeldía “pues yo no quiero cocinar ni aprender, ya lo hará mi marido, yo fregaré los platos”. Quizás no se tiene que ser tan radical pero tiempo al tiempo, por el momento no tengo esa curiosidad y no me avergüenzo, sí tengo 33 años y podría sobrevivir el tiempo que fuera, falta que llegue la necesidad para ponerse las pilas, no es cuestión de comodidad.

Me encanta fregar platos, me relaja…y limpiar… pero cuando veo a mi cuñada que viene de visita y disfruta ayudando con esas cosas no sé me siento un poco marciana, muy marciana.

Cocina 1-Iris 0.  Mercado 1-Iris 0


 

 

Proseguimos

Matrimonio. No soy nada tradicional, a pocas bodas he ido en mi vida y sí, han sido preciosas y me han encantado, pero no me veo casada y mira que soy una romántica empedernida. Pero por el momento, a mis 33 años no me veo casada y menos con un niño, por Dios, si aún estoy aprendiendo a cuidar de mi! O sea que l de ser madre, antes que lo tenía tan claro e idealizado pues va a quedar aparcado hasta siempre quizás. NO por eso voy a ser menos mujer, os lo aseguro

Tradición A:0-Iris: 1   Tradición B:0-Iris: 1


 
 

Trabajo. A nivel profesional he ido haciendo un poco de todo y estoy bien orgullosa, pese que ahora me cueste un poco arrancar y tenga que ir de trabajo en trabajo, 3 meses aquí, 2 allá, 4 sin nada… ¿Qué le vamos a hacer? Tendré que reinventarme y en ello estoy. Hay veces que siento rabia, que me siento perdida pero eso le hace a uno fuerte, mucho más que la gente pre. aburguesada”. Mueves el culo sí o sí, aprendes a disfrutar de lo que tienes por cojones y a vivir la vida como una aventura, que más se le puede hacer?

Odio que me miren con cara de pena al preguntarme por eso. Pues no, no tengo ningún plan de vida, voy sobre la marcha y me va a ir bien por mis ovarios, eso es todo. Voy a ser funcionaria y por el momento dar lo mejor de mi cada día, eso es todo.

Curro: 1  Iris: 1
 
 

 

Amor. Bueno eso ya está sobre valorado. El amor es muy importante sí, pero este año un buen amigo me ha enseñado lo que es el amor verdadero y no puedo decir mucho más puesto que este tema está en stand by. Simplemente anotar que no me siento “solterona” como gente de mi edad que se conforman con un simple “es que soy muy selectiva” ¿Qué vas a ser selectiva? Eres una tradición andante. No has encontrado a la persona y quizás no la encuentres nunca, fin. Hasta que no entiendas que tu media naranja no existe, que tu eres toda la naranja la cosa será así. ¿Y qué pasa si no encuentras a tu pera, manzana o melocotón? El mundo sigue girando y hay mucho amor por dar, apúntate a una asociación para ayudar a los ancianos, perros, gente con cáncer…

No es nada malo, aprendes mucho más estando solo, cuando uno esta preparado ya puede compartir. Eso es un principio básico que a much@s nos han inculcado. Yo ya no tengo miedo a estar “sola” tengo demasiado que aprender aun.

Amor:0       Iris: 1
 


 


Proyectos y sueños. Mi proyecto de vida era el tradicional, en todos los aspectos anteriormente mencionados. Cómo podréis ver y la crisis me ha enseñado mucho no podemos controlar ciertas cosas así que toca amoldarse a la incertidumbre, es bastante incómoda pero otra manera de vivir, tienes que vivir el presente por cojones pero hay algo, algo que nace de todo esto y es tener un proyecto, un sueño por el que luchar, y no se trata del amor o del trabajo… simplemente crear algo, parirlo, empezar paso a paso e ir moldeándolo. Y la vida te acerca a personas con las que podéis tener algo en común: crear. Tiempo al tiempo, de momento os dejo con esta especie de diario de una marciana, la princesa marciana

Proyectos: 10 Iris: 10
 


 
 
 
 
 
to be continued -quizás mañana cambio de idea en algunos aspectos, quizás descubro un nuevo mundo en la cocina, pero ahora por ahora esto es lo que hay. ¡Que la fuerza os acompañe!
 
 

sábado, 19 de julio de 2014

Ser o no ser... Sergi i Maribel


Mañana emiten el último capítulo de la quinta temporada de "La Riera". La verdad es que la cuarta la dejé de seguir pero este año coincidía con la hora de la comida y me reenganché. Hasta el punto de encontrar trabajo y verla por internet al final del día.

Aunque nadie siga la serie os puedo hacer un pequeño resumen. Una de las parejas de “sí pero no” principales son Sergi y Maribel. Cinco temporadas ¡cinco años! En todo ese tiempo la susodicha pareja se han amado en silencio desde el primer capítulo. Maribel, una Lisbeth Salander a la catalana, fuerte y dura por fuera, una crack en su trabajo –la cocina-puncarra total, anti-social y con un muro sentimental más potente que el Muro de Juego de Tronos. Pues va y se enamora del niño pijo, el hijo de los propietarios que vuelve de haberse formado por diferentes países de Europa y quiere consolidarse como cocinero. Él se enamora también, desde el primer día. A la larga siguen amándose, la cocina es su Jardín del Edén y cada mirada, roce o evento gastronómico son lo va más.

Aún así, cómo son tan masoquistas se niegan a reconocerlo, cuando no es uno es la otra. Y va pasando el tiempo y cada uno tiene sus relaciones, etc.

Hasta que una noche, en la tercera temporada, se quitan las máscaras y se desnudan en todos los sentidos habidos y por haber.

Es su welcome and bye ya que no quieren reconocerlo y durante un año entero la Mari se va al Japón y vuelve con novio –un hombre hombre hombre (Sergi tira para la treintena y este ya pasa de los cuarenta) separado y con hijas.

Sergi tampoco ha perdido el tiempo, prometido y a punto de ser padre.

El tema entre ellos debería de estar zanjado pero ¡¡no!! Donde hubo, retuvo. Ya ha quedado demostrado que la cosa no puede acabarse con un simple polvo, las miradas, las sonrisas, los abrazos y roces… ¡intactos!

Este domingo, y después de cinco años los veremos trabajar en un último evento.

 
 
 

Ahora que ambos tienen sus vidas y proyectos montados ¡zasca!

No sé si Maribel marchará a Washington con su pareja y montará su propio restaurante y Sergi por fin podrá dedicarse a ser feliz con su mujer y el hijo que espera. Eso sería lo más fácil y lógico, ¿no? ¿Por qué a veces nos complicamos la vida de esta manera?

¿No sería más fácil que hubieran estado juntos desde el primer capítulo? ¿O que Maribel se hubiera quedado en Japón?

La respuesta, claro está, es un SÍ rotundo pero algunos somos un poco masocas y tiramos hacia un NO gigantesco y con luces de neón (claro está el rollo lo alargan para enganchar a la audiencia, pero mira cómo lo consiguen!) y porque en la vida real preferimos acomodarnos en vez de tirarnos a la piscina. Porqué en el fondo somos así, algunos más que otros, románticos e inconcientes.
 
Personalmente quiero que vuelvan, que se tiren a la piscina de una vez, eso tendrá daños colaterales, por supuesto, pero al menos no habrá ese gusanillo perenne que perdura tanto tiempo. Estas historias pueden ser muy potentes, pero aunque sea una vez en la vida, vale la pena vivirlas.

Sea como fuere ahora mismo prefiero ser telespectadora o lectora. Con los años te vuelves más práctico y aprendes a pensar antes de actuar y dejar de ser un soñador loco y romántico… o eso creo ;)

 

To be continued